miércoles, 17 de abril de 2013

Pequeñas obras de arte



Como todos sabeis, no digo nada nuevo si hablo del boom del dulce. Ese maravilloso (para algunos) mundo de los cupcakes, cakepops, la pasta de azúcar y todo lo que ello conlleva.

A mi, sinceramente, me cautivó desde el principio (estaba un poquito cansada de comer tarta de milhojas cumpleaños tras cumpleaños) y, en cuanto descubrí un pequeño y maravilloso rincón de A Coruña llamado Sweet Place, me rendí a él nada más probarlo.

Debo confesar  (parezco cierta cantante en este momento) que nunca he sido muy cocinitas, no por ganas sino por pereza. Pero casualmente tengo dos maravillosas amigas que son unas reposteras de categoría y que han ido pegándome el gusanillo poco a poco.

La sorpresa llegó el día de mi cumpleaños: cuando me dieron el regalo....me quedé de piedra. Era una mezcla de emoción y un "de ésta no me libra nadie", ya no había excusa.

Mis amigos me acababan de regalar un curso de Cakepops, unas pequeñas obras de arte. Y como no se fiaban demasiado de mi (el curso era un domingo de muy buena mañana) Valentina se ofreció a acompañarme.



El curso lo impartía Julia, una mujer encantadora y que consigue que adores lo que estás haciendo.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La verdad es que disfruté como una enana de las cuatro horas que duró el curso. Las manualidades, las risas, las conversaciones, los fallos...Y me supo a poco. Tan a poco que a los tres días estaba haciendo galletas en casa y estudiando las posibles recetas para más cakepops.

Y este fue el resultado:


 
 
 
 

Eso sí, pasamos cuatro horas moldeando y amasado, pero mi hermano no tardó más de media en dar buena cuenta de todos y cada uno de ellos :D





martes, 2 de abril de 2013

Primavera que no llega

 
 
Después de meses de frío y húmedo invierno, esperábamos ansiosos la llegada de la primavera para volver a ver a nuestro querido Lorenzo.
 
Y resulta que no, que era una falsa alarma, que se va a hacer de rogar. Asoma la nariz un par de horas y vuelve a esconderse tras los nubarrones.
 
 
 
 
Pero todo lo bueno llega, y en algún momento tiene que dejar de llover. ¡Por Dios que sea pronto!

Mientras nos conformaremos con estos ratitos de sol que nos animan el día.