Compré sus libros hace meses, voluntariamente, ante el revuelo que se estaba montando a su alrededor.
Pensé: "Esto tengo que leerlo, a ver si el bombo que le han dado es merecido o no". Tantas mujeres no podían estar equivocadas.
Pero, entre una cosa y otra, han pasado los meses y yo sigo sin leer sus aventurillas sexuales. El probema es que ahora ya no será un acto voluntario.
Me explico. Resulta que ahora estoy obligada a leer sus libros. Estoy obligada para no sentirme excluída en las conversaciones de chicas. Para poder estar con mis amigas y no oir:
- "Pero...¿no los has leído? "
- "Si como...bueno ya sabes, es que si no se lo desvelamos. ¡Tienes que leerlo!"
Y lo más intrigante:
- "Voy a ver si consigo jugar con mi marido"
¿A qué exactamente? Pues necesito salir de dudas, esto es un sinvivir.
Y para rematar, ya están con lo de la película y claro...se han presentado los candidatos a darle vida. ¡Sí, a usted Señor Grey! Que no sé como será en realidad, pero sólo imaginarme que fuese usted este candidato, me pone......me pone.
Así que, como miles de mujeres en el mundo.....esta noche caeré rendida a sus pies.